El Hellín no aguanta más, la agonía ha tocado a su fin. Sólo, triste y abandonado a su suerte, el histórico conjunto hellinero ha firmado su defunción. La junta directiva que encabeza Manolo Martínez pasó este domingo al vestuario a la conclusión del encuentro contra el Quintanar del Rey (0-3) para comunicar a todos los jugadores y técnicos la retirada de la competición, además de abrirles las puertas para que se busquen nuevos equipos. La confirmación oficial vía federación se hará efectiva este martes tras la celebración de una asamblea que el club ha convocado como última posibilidad para que un milagro provoque la aparición de alguien interesado en coger las riendas del equipo. 

Los entrenadores, los hermanos Gregorio y Tolo Ocaña, refrendan esa decisión. Este último señaló al respecto que "estábamos trabajando en condiciones súper precarias y sin dinero. Era tremendo. Lo mejor es dejarlo todo".

Desde que hace más de dos años apareció un grupo inversor azerbayano la trayectoria del Hellín ha sido desastrosa. El público vio aquello como una intromisión, una venta al mejor postor y los aficionados fueron desmarcándose poco a poco de cada proyecto. Para mayor desgracia el grupo que encabezó Gyulnara Khanbabaeva dejó al club abandonado en cuanto vieron que el ayuntamiento no compartía sus intereses. Y lo hicieron sin confirmar oficialmente su salida, lo que provocó el lento desangre de la entidad hasta que la situación ya es irreversible.

Manolo Martínez quiso reactivar al enfermo sin éxito. El ayuntamiento no colabora y encima les cobra las tasas por utilizar el estadio sin tener en consideración lo que el club significa para la ciudad y los más jóvenes, como tampoco el espectáculo quincenal que provoca; las firmas comerciales decidieron que el futbol no merecía ningún apoyo, los aficionados dejaron de asistir al estadio y hasta los jugadores locales juraron que allí no pisaban. El empeño de Manolo Martínez casi le arruina a pesar de que los futbolistas no cobran, pero los ingresos son nulos y no alcanzan ni para pagar al árbitro.

Manolo Martínez, cuyo gran error fue dejar el club en su día en manos de los azerbayanos, ha visto que la cosa no tiene remedio. Que si el club no renuncia será la federación quién les retire de la competición por impagos arbitrales, con independencia del deterioro que sufre una plantilla cada vez más cansada: "Es imposible seguir, no quiero sufrir más", señaló.

Algún día alguien tendrá en cuenta el esfuerzo de este aficionado al fútbol por salvar algo que nadie quiere. El problema es que los más jóvenes se quedan sin referente futbolístico en el pueblo, con lo que ello supone para el futuro educativo de los chicos y chicas de Hellín. 

De momento el equipo se retira de la competición, pero no desaparecerá al menos hasta el mes de junio. A pesar de todo tendrá una sanción que le impedirá retornar a tercera división en dos temporadas. Manolo Martínezaún atisba alguna esperanza y abre las puertas para que nada ni nadie tenga el más mínimo problema: "Perdono todo el dinero que he puesto. Si alguien quiere coger el equipo ahí está".

De confirmarse lo que parece inevitable, sólo descenderían dos equipos y se respetan los resultados registrados hasta el momento. A partir de ahora le darán por perdido todos los partidos.